Hijo te Amamos

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martes, 20 de julio de 2010

Tiempo


El tiempo es a veces nuestro aliado, otras nuestro enemigo. Ahora, para mi, es un estado de letargo en el que estoy esperando… Una vez más hay que esperar. El día que vino la trabajadora social a nuestra casa a la visita obligatoria para el expediente, nos dijo que “pronto” se comunicarían con nosotros para programar las sesiones psicológicas y de una vez completar el expediente para que pase al análisis del comité que revisa los perfiles de las parejas adoptantes y ver si hay algún niño con situación jurídica resuelta para el que seamos la familia adecuada, o haya que entrar a lista de espera… Seguimos en la escuela para padres, que es otro de los requisitos que tenemos que cumplir, pero han pasado los días, las semanas y no ha habido noticias para las sesiones psicológicas.
El tiempo, en este caso apremia, porque faltan unos meses solamente para que haya cambio de gobierno en nuestro estado, los funcionarios que están ahora es casi seguro que se van para que lleguen otros a ocupar sus puestos y lo que no queremos es esperar, una vez más, a que los nuevos retomen el caso, sino que quede el expediente listo para sólo esperar que cuando esté el niño que sea para nosotros nos lo entreguen sin más trámites, cursos, charlas y papeleo por hacer.
Hoy no pude más y llamé al departamento de psicología, muy amables, eso sí, me dijeron que “hay que esperar” que ayer firmaron dos expedientes para ser programados para sesiones psicológicas y que desconocían si alguno era el de nosotros; que si en dos semanas no nos llaman, vayamos personalmente para programar las famosas sesiones de una vez por todas.
Por eso digo que el tiempo es a veces nuestro amigo o nuestro enemigo, según se quiera ver. Para mi ya no sé qué es, he entrado en un letargo del que me cuesta salir.
Hay días en que todo es esperanza, alegría, ilusión, planes; otros en que el tema no se toca; y los peores, aquellos en que todo se ve gris y desesperanzador… Tiempo, espera, lucha… las fuerzas a veces flaquean, el llanto hace presa de mis ojos y desarma mi equilibrio.
Es tanto mi deseo de tener a mi hijo conmigo, que lo he soñado y esos sueños me llenan de gozo, pero también de pena, porque aunque lo veo y lo toco, al despertar sé que no está.
Nos dicen en el curso para padres que estos cambios son “normales”, sin embargo para mí son muy difíciles.
Más aún cuando mis compañeras, o al menos la mayoría, van a adoptar por Vifac, una institución que entrega recién nacidos y me ven como “bicho raro” cuando digo que nosotros vamos por un hijo de 0 a 6 años, que lo deseamos y lo esperamos así.
En la cultura de mi país, la adopción es casi mal vista, y más cuando se pretende hacerlo con un niño ya crecidito, peor cuando ese niño no es “de tu sangre”, dicen. “Si al menos fuera tu sobrino o pariente, sería entendible”.
Mi hijo no llevará “mi sangre” como dicen, pero tendrá mi amor; tal vez no tendrá mi color de piel o de ojos; pero tendrá mi atención y cuidados.
Sé que perdernos los primeros años de su vida no es fácil, pero es algo que decidimos, por muchas razones personales Pedro y yo queremos a nuestro hijo así.
Hoy estoy con el ánimo por lo bajo, me he llegado a sentir “discriminada” entre las personas que van por el mismo camino que yo por el hecho de que ellas quieren bebés recién nacidos para “hacerlos a su modo”. Detesto esas palabras: insisto, los hijos son eso, hijos, no muñecos; son personas individuales que merecen respeto.
A veces, como hoy, me siento como un pez fuera del agua, pero eso sí: Nada, ni nadie, me hace dejar de luchar por mi hijo.
Sé que está en algún lugar esperándonos, que el momento de nuestro encuentro se acerca cada día más y a donde quiera que esté, cada día y cada noche le mando mi cariño, mis oraciones para que esté protegido y porque pronto, muy pronto, esté en el hogar donde se le espera con unos padres que rebozan de amor por él

4 comentarios:

lolithania dijo...

Hola familia!! he llegado a vosotros a través del bolg de Esperándo a Nerea y me ha gustado encontraros y que seais del país hermoso que vió nacer a mi hija. Tenemos dos hijas adoptadas, la mayor Thania es como vosotros mexicana de Ciudad de México y fuímos a por ella en octubre del 2001 y tenía tres años y ocho mesesitos, ya tiene 12 y es precioooosa. La segunda tiene seis añitos y es china y nos la entregaron el 13 de junio del 2005 cuándo sólo tenía 15 meses y también es preciosa.

Os dejo la dirección de mi blog por si quereis pasaros.

besos

lolithania.blogspot.com

isa dijo...

Amiga, se de tu desesperación, se de tu impaciencia, vivi en carne propia todos los sentimientos que nos acompañan en este caminar, dicen que la paciencia es amarga pero sus frutos dulces, quedate con eso amiga, su momento llegara, por lo demas, a palabras necias oidos sordos, confia en que tu hijo sera el que deba ser, el que mi padre Dios en su infinita sabiduria ha preparado para ustedes. Un abrazo

Andre dijo...

Velve amiga:
Qué decir más de lo de siempre...FE Y PACIENCIA para seguir esperando.

Es hermosa la desición q tomaron de adoptar de 0 a 6 años no escuchen a los q no entienden, escuchen a su corazón porq Dios ya tiene predestinado a su angelito, solo queda esperarlo con mucho AMOR!!!

Muchos besos llenos de bendiciones!!!

velve dijo...

Hola Lolithania;

Muchas gracias por pasar y me encanta que tengas una hija mexicana y otra china. A me encantaría tener familia de otro país, pero en México eso es muy complicado, se facilita más adoptar niños del país. Y claro que voy a dar visitas a tu blog. Bienvenida y saludos y abrazos para ti y tu familia desde tierra azteca.

Isa:

Amiga muchas gracias por tus palabras, sé que tú ya pasaste por todo esto y entiendes cómo me siento. Y sí, sé que mi ángel está esperándonos y que llegará cuando Dios lo tenga planeado. Ahora andamos ya con el ánimo más arriba y seguimos adelante. Saludos y gracias por pasar.

Andre:

Gracias por pasar, y vieras que sñi se necesita muuuuuucha paciencia para aguantar esta carrera que es de resistencia, y sin la fe, creo que no nos moveriamos. Gracias por su palabras, por estar y por tu amistad. Saludos