Hijo te Amamos

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viernes, 25 de abril de 2014

Hace un mes

Hace justamente un mes pasó lo que más temía en la vida. Pasé mucho tiempo imaginando ese momento y no podía soportarlo, lloraba con solo imaginarlo.
Hoy, que por fin me siento con la capacidad para hacerlo y contarlo espero no raaderramar algunas lágrimas, sobre todo porque estoy en mi trabajo y no deseo dar un espectáculo.
Hace un mes mi madre dejó este mundo. Es un dolor que no puedo describir, no sé como explicarlo, sólo se que me duele como nunca, de una manera que me traspasa el corazón y el vacío en mi corazón por la muerte de mi papá se hizo más grande.
Estuve con ella hasta el último momento, desde que la hospitalizaron hasta el momento de su partida. Verla partir fue un momento doloroso, pero también de paz, por contradictorio que parezca porque no deseaba verla sufrir.
Fue una mujer valiente, mi consejera, amiga, confidente.. MI MAMÁ.
La amé profundamente y la tengo, porque sigo sintiendo lo mismo por ella, pero aún más, mucha admiración por ser una mujer valiente, una guerrera que salió adelante siempre y que fue mi mejor ejemplo, mi inspiración para salir adelante.
Fue ella quien me apoyó e impulsó en todos mis sueños y proyectos, quien me consolaba y escuchaba siempre.
Guardó silencio ante cosas que le contaba, como la mejor amiga, siempre estuvo cuando la necesité.
Desde que nací hubo una conexión importante, fue un embarazo difícil y siempre estuvimos muy unidas.
Hablar de ella es adentrarme en miles de recuerdos y anécdotas. Hubo miles de abrazos, de "te quieros" y "te amo".
Padeció enfermedades crónico degenerativas durante años, nunca se quejó, tenía una fe muy grande en Dios y murió tranquila, como si Dios estuviera a su lado.
Fue el 25 de marzo a las 12 del día y según la explicación de los sacerdotes fue en la vértice de la salvación, el día en que Jesús se encarnó en la Virgen Marìa, que para los católicos es algo por demás significativo.
Y a las 12 del día, "la hora del ángel del Señor", se fue tranquila, sin un solo espaviento o quejido, nada, sólo se quedó dormida.
Mi mamá hasta en eso me dio una lección: Hay que tener fe, creer en Dios y estar preparados siempre porque nunca se sabe el momento y la hora, decía.
He llorado su ausencia, pero sé que está al lado de mi papá, de quien no pudo sobreponerse a su ausencia.
Hasta muy pocos días antes dijo que "fue el amor de mi vida", estuvieron 67 años juntos. Toda una vida y después de la partida de su compañero perdió la sonrisa, la alegría y las ganas de vivir.
Hoy mis dos amores, están juntos, los extraño mucho, me duele su ausencia y en ocasiones lloro su partida.
Pero los dos siguen siendo mi fuente de inspiración, sus consejos, su ejemplo, su sabiduría me acompañarán siempre.
Hoy quiero agradecerle a esa mujer haber sido MI MADRE y más el haber escogido para mis hermanos y para mi a ese maravilloso ser humanos que fue MI PADRE.
No tengo cualidades de poeta, pero todo esto sale del corazón. Los dos contaron conmigo siempre y saben que vivirán en mi por el resto de mis días.
LOS AMO y mi mejor homenaje es seguir sus enseñanzas y consejos, seguir unida a la familia y hacer de mi matrimonio y de mis hijos como ustedes hicieron con el suyo.
 

viernes, 21 de febrero de 2014

La magia de ser niño

No  cabe duda que la mejor etapa del ser humano es la infancia.
Veo a mis hijos y me encanta que sean niños con tanta imaginación, llenos de fantasía e inocencia.
A veces no puedo mas que sonreir al escuchar sus relatos de aventuras fantásticas que viven en sus juegos y que los lleva a lugares emocionantes, con personajes con superpoderes que pasan de personas a seres mitológicos como dragones, o lamentar no conocer a los dinosaurios "porque un meteorito los aniquiló a pesar de ser muuuuuuy grandes".
Mis niños son tan mágicos que pasan de ser super héroes a andar en bicicleta o jugar futbol como cualquier mortal.
También ríen a carcajadas con los programas de "El Chavo del 8", los mismos que yo veía cuando era pequeña y que no pierden vigencia y tampoco el encanto a pesar de que los transmiten una y otra vez.
Mis pequeños son más de lo que imaginé, me han traído luz y felicidad a mi vida, completaron la familia, ponen alegría con sus gritos, juegos, risas y hasta llantos a mi hogar.
Claro que no todo es miel sobre hojuelas, también hay berrinches y rebeldías, travesuras que me han llevado hasta la dirección de su escuela para arreglar desacatos hacia sus profesores, vamos lo típico de todos los niños.
Hay días en que me pregunto si se puede ser más feliz, y ellos me dan la respuesta al sorprenderme con sus abrazos, besos y sus "eres la mamá más bonita".
Cuando los veo sufrir por cosas que no entiendo, porque no las sé ya que forman parte de su pasada, de esa famosa "mochila" a la que los padres adoptivos no podemos asomar, me desespero y sufro por no saber que pasa y en consecuencia no poder ayudarlos, al menos como yo quisiera.
Soy feliz con ellos pero también sufro por el tiempo que no podremos recuperar, ese en el que estuvieron solos, desamparados, sin los brazos y cuidados de mamá.
Sin embargo mis hijos son unos campeones, porque siempre vuelven a reir, a jugar, a soñar... ¡Cómo me gustaría que se alargara su infancia!, pero sé que eso no es posible, por eso trato prodigarles los mejores momentos cargados de amor para que sus recuerdos pasen de ser dolorosos a felices, aunque sé que no podré borrarlos del todo, cuando menos sí mitigar su dolor, que ya es también mío, porque mis dos ángeles no sólo están en mi corazón, sino en cada célula de mi ser... ¡Los amo mis niños!