
Estamos a unos días de concluir el curso de escuela para padres, un requisito indispensable para el momento de hacer legal la adopción ante el juez familiar. Contrario a lo que esperaba, no estoy nerviosa, viene la evaluación, pero lo estoy tomando con mucha calma.
Mañana miércoles tenemos la cita para la evaluación psicológica, también estoy tranquila, no sé en qué consiste, ni cuanto tiempo lleve, pero me siento muy bien y dispuesta a enfrentar lo que sea.
Al concluir todo esto se decidirá si somos aptos para adoptar y luego, si hay un niño disponible nos lo entregan, si no... a lista de espera.
Me preparo para lo segundo, es mejor, ya me tomo todo con más tranquilidad y veo las cosas en positivo (no todo el tiempo se puede), es mejor.
Pedro por su parte sí está nervioso y hasta un poco angustiado. Trato de calmarlo, lo que sea que venga lo enfrentaremos juntos, como siempre, porque el camino que hemos recorrido, las noches en vela, los planes, las ilusiones... no puede dejarse así como así.
Hay "algo" en mi corazón que me dice que mi Ángel está más cerca y hoy más que nunca tengo fe en que nuestros caminos se cruzarán cuando sea el momento para eso. Mientras tanto, su padre y yo seguimos avanzando por ese camino largo y difícil, pero no importa, vale la pena si vamos de la mano, apoyándonos para encontrarnos con nuestro hijo, que es lo que más amamos y esperamos.