Primer Aniversario

El pasado 31 de mayo cumplimos un año de casados por la iglesia, dos días antes nos unimos por el civil, luego de año y medio de noviazgo. Cuando decidimos casarnos lo hicimos seguros de que deseábamos estar juntos en las buenas y en las malas; de que juntos enfretnaríamos lo que la vida tuviera deparado para nosotros y muy, pero muy seguros de que deseábamos, y seguimos deseando, tener hijos.
El día de nuestra boda fue el final de un camino lleno de obstáculos, "espinas" que nos puso una supuesta "amiga", la misma que nos presentó. Ese tema ni al caso comentarlo, no tiene sentido porque esa persona está fuera de nuestra vida y a pesar de las mil y una adversidades logramos formalizar nuestra unión y formar nuestra familia.
Reconozco que mis padres y hermanos nos ayudaron mucho a sobrepasar todas las cosas negativas que nos pusieron en el camino, mi familia política no tanto porque viven en otro estado, pero también hubo apoyo moral, sobre todo de una de mis cuñadas.
La boda fue inolvidable, sencilla, pero rodeada de todas las personas que deseábamos estuvieran con nosotros, cargados de buenas vibras y los mejores deseos: De mi parte estuvo prácticamente toda mi familia, sólo mi hermano no asistió por cuestiones de salud; de los familiares de mi esposo sólo pudieron viajar para acompañarnos, una hermana y un amigo entrañable que para él es como parte de su familia.
Las promesas que hicimos ante Dios siguen en pie, nuestro deseo de seguir adelante juntos se fortalece y ni que decir de nuestro deseo de ser padres; es lo que nos mueve, nos llena de ilusión, nos hace crecer como pareja y afianzar nuestro amor.
Claro que hay problemas, por supuesto que hay desacuerdos y desencuentros, discuciones como en todas las parejas, pero siempre tenemos muy claro dos cosas: el amor y el respeto que nos tenemos y por más que haya un desacuerdo siempre se antepone el diálogo y si hay que pedir disculpa, lo hacemos.
Ha sido un muy buen año en el que las metas que nos propusimos se han logrado. No somos ricos en lo material, pero sí en amor, en respeto y sobre todo en la ilusión que tenemos de que nuestra familia crezca, que nuestra casa se vea inundada de risas, juegos y hasta llantos de un pequeño ángel que nos llegará del cielo, esperamos que muy pronto.
No queda más que dar gracias a Dios por todo lo que tengo en mi vida, porque no se puede pedir más cuando hay tantas bendiciones como las que tengo ahora. Paciencia es lo que nos piden para que llegue nuestro hijo, y la tendremos, ojalá que para el segundo aniversario ya seamos tres los que estemos dando gracias y compartiendo nuestra experiencia en el cibermundo.Por cierto, las alianzas de la foto son idénticas a las nuestras.
Aprovecho la ocasión para dar las gracias de todo corazón a Maricarmen y Fernando, su blog ha sido una inspiración para nosotros, gracias por sus comentarios, por su cariño y su amistad; en México cuentan con estos amigos que les desean lo mejor y que piden al Todopoderoso que Nerea llegue a sus vidas muy pronto.