Desencanto y viaje

Bueno, dejé pasar estas semanas porque nuestra entrevista con la psicóloga fue un tropiezo, uno más de los que, supongo, tendremos en este proceo. De entrada a la mujer no le caímos bien, desde que entramos a su oficina hubo mala vibra, comos e dice por acá, de su parte hacia nosotros.
Todo lo contrario de la entrevista que tuvimos con la abogada a la que le entregamos los documentos.
Esta psícologa nos hizo escribir nuestra "biografía" en una hoja en blanco, luego nos hizo varias preguntas y en su cara se reflejaba que no le caimos bien.
"Tienen muy poco tiempo de casados, eso no es ayuda, el matrimonio no está consolidado", nos dijo y ahi ya no aguanté.
Somos adultos, nos casamos plenamente convencidos de lo que queremos y hacia donde vamos. ¿Consolidado?, no sé qué sea para ella estar consolidado, pero hay parajas que viven lustros, décadas y nomás no se consolidan porque no hay respeto, no hay amor, nada en común y siguen juntos por costumbre o qué sé yo.
Mientras la abogada nos dio todas las esperanzas del mundo, la psicóloga nos cortó las alas. Así, de tajo.
Lo peor es que el diagnóstico de la psicóloga es fundamental para el consejo que es el que aprueba las adopciones.
Para esta mujer, que dicho sea de paso tiene cara de pocos amigos y se nota a leguas que no es feliz, tendremos que esperar años para "consolidarnos" y luego, tal vez, entrar a lista de espera.
Así las cosas, no queda más que esperar o solicitar que sea otra psicóloga la que nos atienda casi casi volver a empezar el proceso.
Nos vamos a decidir por la segunda opción y no sabemos cuánto tiempo les lleve hacer el cambio de psicólogo.
Hace dos días volví a Zacatecas por mi trabajo, me ha servido un poco para relajarme y superar el que haya funcionarios que en lugar de ayudar entorpecen todo con sus ideas cuadradas y retrógradas, pero en fin; de una cosa sí estamos seguros: continuaremos adelante con nuestro proceso, porque eso sí lo tenemos muy claro: serán ningún obstáculo nos va a detener para llegar a nuestro hijo.