Hijo te Amamos

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miércoles, 20 de noviembre de 2013

El bautizo



Tanto tiempo sin pasar, pero las que ya tienen a sus hijos, comprenderán que el tiempo es, en su mayoría, si no es que todo, para ellos.
En mi caso, entre niños, atender casa y trabajo no me queda mucho tiempo para escribir, aunque hay demasiadas cosas en el tintero que me gustaría contar.
Para empezar, estamos en la etapa de los avances y las regresiones, de las rebeldías y de los mismos.
En la escuela he tenido que ir en varias ocasiones porque hay reporteres de "mala conducta", que no quieren trabajar, se la pasan jugando, no ponen atención y un largo etcétera.
Al principio no sabía ni lo que estaba pasando y menos cómo actuar, sin embargo buscando información en la red y en asesoría con psicólogos del DIF, supimos qué pasaba y cómo actuar para, ahora las cosas han mejorado notablemente, sobre todo porque asistimos a talleres post adopción en el DIF, que están resultando excelentes.
E y J crecen felices, sanos y con horas y horas de juegos y risas, aunque poco a poco se les van dejando responsabilidades de acuerdo a su edad y capacidad.
El domingo los bautizamos, era algo que deseábamos hacer, primero porque sentimos que es la manera de llevarlos a la iglesia y agradecerle a Dios el haberlos enviado a nuestras vidas  y familia, segundo porque por nuestra fe, era necesario que pasaran recibieran ese sacramento para ser hijos de Dios y formar parte dela Iglesia Católica.
Aprovechamos para festejar sus cumpleaños... y fueron los niños más felices. Tuvieron una fiesta sencilla, pero emotiva. Recibieron regalos y lo más importantes, mucho cariño de las personas que los aman.
Tíos, primos, abuela, padrinos amigos, todos los llenaron de amor y mis hijos florecieron, se veían radiantes, contentos.
Ayer, por un malentendido no los dejaron entrar a la escuela, aunque sé que está mal que falten a clase, me lo tomé con bastante humor y decidí que el tiempo sería aprovechado para convivir conmigo, así que me los llevé a realizar unos pendientes, fuimos al parque y se divirtieron en grande.
Por la tarde repasaron lectura y matemáticas, luego vieron televisión y noté que son felices, que están tranquilos, contentos en su casa y muy, pero muy acomplados con la familia.
Son niños cooperativos que realizan actividades con gusto, que ayudan dentro de lo posible en la casa y que también avanzan muy bien en la escuela.
E, mi hijo menor ya sabe leer, aunque de repente se distrae en clase y hay días que presenta "mala conducta" en cuando a que prefiere platicar y jugar que trabajar en clase.
Según los talleres y los psicólogos del DIF es normal, es parte de su proceso de acomplamiento y de ir sanando todo lo que ha pasado en sus escasos seis añitos de vida.
J por su parte es todo un campeón, le gustan los deportes donde haya actividad fuerte y hoy competirá en una carrera de atletismo, lo que lo tiene muy motivado y contento.
Tenían sus tenis para deportes enla escuela, pero uno de los regalos que recibieron fueron tenis de superhéroes, así que no hay poder humano que logre quitárselos... y los dejamos ser, total sólo se es niño una vez y ellos están convencidos que esos tenis "corren más rápido que cualquiera".
Los veo y soy feliz, apenas vamos a cumplir un año juntos y siento como si toda la vida hubieran estado conmigo, tienen sueños y muchas ganas de vivir.
Ahora su mayor preocupación es ver si en Navidad el Niño Jesús les regalará todo lo que le pidan, ya que quieren todos los personajes de Ben 10, el traje del hombre araña, un peluche de "El Rey León", que se ha convertido en la película de moda, y lo que se acumule en las próximas semanas.
Para eso, se han propuesto para trabajar muy duro en la escuela, "portarse bien" y ayudar a mamá en los quehaceres de la casa. Todo esto por iniciativa propia.
Amo a mis hijos, sé que era ellos y sólo ellos los que podían ser parte de nuestra familia... para mi felicidad y satisfacción creo que el apego está hecho y que por fin, ellos también nos han adoptado como sus padres... ¿se puede pedir más?