Hijo te Amamos

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viernes, 16 de noviembre de 2012

¡Ya nos conocimos!


Bueno, estoy tan feliz que hasta de a dos entradas en un día. Pero creo que lo vale. Hace casi dos horas que llegamos de ver a nuestros ángeles. Son preciosos los dos. Cuando llegamos nos identificamos con nuestra credencial del IFE, luego nos hicieron esperar un rato, minutos, pero para mi pasaron tan lentamente que me sentía sudorosa de los nervios... Además que me cargo una gripe que es parte  contagio y parte de nervios.
Por fin llegó el encargado del centro y nos llevó a su oficina, nos felicitó y nos explicó cómo se va a llevar esta parte "del embarazo" que es como así le llaman al tiempo de acoplamiento.
Nos dio indicaciones, hicimos preguntas y luego de una conversación de unos 15 minutos nos llevó a la sala de juegos, ahí nos dijo que por ser fin de semana largo podremos llevarlos con nosotros sábado, domingo y lunes de 9:00 de la mañana a 2:00 de la tarde, que será para acomplarnos y que los lleváramos a casa para que comenzaran a familiarizarse con su ambiente.
Yo sentía mariposas en el estómago de los nervios, la emoción... mi ilusión estaba tan cerca de hacerse tangente, de tener rostro, bueno, rostros.
Unos minutos, tocan la puerta y entran dos preciosuras de niños. Entraron y se mostraron tímidos, apenas sonrieron. Estábamos los cuatro en un cuarto de juegos, los cuatro nerviosos y Pedro y yo emocionados casi hasta las lágrimas, pero las contuvimos.
Comenzamos a hablar y ellos sólo asentían, fuimos con cautela para ganarnos su confianza, les conté un cuento, corto para saber algunas cosas básicas de ellos sobre lo que les gusta.
Luego tomamos el tema del futbol y ¡maravilla!, el milagro se hizo.
Como remolinos comenzaron a jugar, Pedro de portero y Aarón y yo tirando "penales", Adán seguía tímido sentado en un sofá. De pronto dice: "Quiero jugar a las escondidas" y ahi va Pedro a jugar con él.
Tomé el papel de portera y Aarón metía goles sin parar, yo lo festejaba con aplausos y diciéndole que era un gran jugador.
Por fin rompió el hielo y me dijo: "tú tiras de cabeza", y le dije "sí, pero dime mamá", porque esa fue una de las indicaciones del psicólogo para ir, desde un principio definiendo los roles y marcando los límites.
Sentí tan bonito cuando me dice, al instante "sí, tú tiras de cabeza mamá", así sin más, sin problema. Dios!, fue como si las puertas del cielo se abrieran. Por primera vez escuchar esa palabra me hizo temblar de emoción.
Nos preguntaron si los llevaríamos a casa, les dijimos que sí pero que hasta mañana, nos preguntaron si teniamos juguetes y pues la verdad es que no, pero les comentamos que por el momento no había, pero que con su llegada poco a poco iriamos teniendo juguetes que serían de ellos.
Se emocionaron, nos platicaron de sus películas favoritas que las quieren ver con nosotros, que quieren comer palomitas, galletas y refresco.
Pasaba el tiempo y llegó la hora de que fueran a cenar, nos pidieron que no nos fuéramos, que los esperáramos y les dijimos que si.
Sentada en el sofá los miraba mientras comían y Aarón volteaba a cada rato para vernos y nos sonreía, fue el que terminó más rápido y llegó corriendo a seguir jugando, Adán se tardó más platicando con un compañerito; luego llegó y a jugar otra vez.
Mientras jugábamos con carritos y muñecos de personajes de películas nos preguntaron varias veces si ya nos ibamos a ir, les deciamos que no, o que si ya querían que nos fuéramos y al unísono nos decían: "no".
Jugamos por más de dos horas y por fin nos tuvimos que despedir, nos preguntaron si iriamos por ellos al día siguiente, Adán nos dijo: "Ya tengo mi maleta hecha".
Les dijimos que mañana, que saldiramos un rato a casa y que luego volveríamos a ese lugar donde están, pero que el domingo y el lunes volveriamos por ellos nuevamente para ir a casa y los demás días acudiriamos con ellos sin falta para verlos.
Jugando, Aarón se "machucó" un dedo, comenzó a llorar, le quité el juguete que lo lastimó y le dije que si quería que mamá lo cargara, me dijo que sí y se aferró a mi.
Sentir su cuerpecito pegado al mío alivió tantas penas pasadas, angustias, incertidumbre, lágimas derramadas.
Después de un rato de mimos volvió a jugar con su papá y su hermano.
Al despedirnos, Adán nos preguntó si "mañana sería así de poquito" (señalando con sus deditos un espacio pequeño), le dije que sí, que se dormirían y que cuando despertaran de rato llegariamos por ellos, a las 9 en punto.
Salimos emocionados, con una felicidad que no he sentido nunca antes. Mis hijos duermen hoy lejos de mí, pero falta tan poco para que estén a nuestro lado... tan poco que no me importa tener gripa, nome importa madrugar, no me importa nada, solo verlos y tenerlos a mi lado por esas horas que serán oro para mi.
Mis hijos... que bello se lee y se escucha, pero más bello se siente ser, por fin, mamá.

*Foto tomada de la red

¡¡¡Son Dos!!!

Por fin se hizo el milagro. Si todo sale bien y dejamos que las cosas tomen su curso para Navidad seré mamá con todas las de la ley.
Son dos niños, sí, dos.
Hoy por la mañana llegamos con unos minutos de retraso al DIF porque no encontrábamos estacionamiento, yo desesperada por legar puntual, primero porque me gusta serlo y segundo porque me interesaba sobremanera que vieran que hay interés de nuestra parte.
Pedro se mantenía "calmado" y me daba ánimos. Por fin llegamos hasta la oficina de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia donde nos habían citado.
Nos hicieron esperar varios minutos que para mi fueron como siglos. Por fin nos dieron el pase a la oficina de la licenciada que tramita las adopciones.
Ella, muy seria nos explicó que eramos la primera opción para adoptar dos niños, son hermanitos se llaman Aarón y Adán, tienen 5 y 7 años.
Mi corazón estalló de felicidad. no sabía si reir y llorar, pero me contuve. Estaba una psicóloga con ella que nos dio las recomendaciones a seguir.
Nos explicaron su historia y cómo debemos ir ganándonos sus confianza.
Hoy los conoceremos, en unas horas más será nuestro primer encuentro. ¡Estoy tan emocionada!
No sé, es una mezcla de emociones, una sensación que marea, que da mariposas en el estómago. Un mezcla de emoción, amor y miedo.
Sí, miedo al rechazo, pero también tengo mucho, mucho amor para mis ángeles.
Al despedirnos nos dijeron que serán 17 visitas y si todo sale bien comenzará el proceso legal para que se conviertan en nuestros hijos.
Antes de salir, tanto la psicóloga como la licenciada nos felicitaron, nos estrecharon la mano y nos dijeron felicidaes por "sus hijos".
¡Qué sensación!, esas palabras fueron música para mis oídos. Mis hijos, mis pequeños. Salimos y lo primero que hice fue fundirme en un abrazo con Pedro, que entonces sí sonreía.
Falta tan poco para verlos.... Mi ángeles, ¡cuánto los amo!

jueves, 15 de noviembre de 2012

Cuarta Llamada




Tanto tiempo sin escribir. Más de un año. Y no es porque no quisiera hacerlo o hubiera abandonado el blog, sencillamente no había nada que decir. Esos silencios del DIF dejan a uno frío en el alma, una sensación de estar en el limbo y de a veces soñar, pensar que va a pasar pronto; otras, de tristeza y pensar que nunca pasará.
En estos más de 12 meses tuvimos cuatro llamadas del DIF. Sí, cuatro, la primera era para proponernos que subiéramos el rango de edad a 7 años y en ese momento Pedro no aceptó, no nos sentiamos preparados para un niño ya mayorcito.
Siguieron pasando los meses y yo, más que Pedro, en la ruleta rusa de la incertidumbre. Luego dos llamadas más para darnos "esperanzas" ya que eramos candidatos para la adopción; nos decían que si aceptábamos, nuestro expediente sería analizado en junta de consejo y si la cosa era positiva nos llamarían... y nunca lo hicieron.
Estos silencios me hacían caer en un pozo profundo de tristeza, de incertidumbre, de pensar si mi ángel llegaría algún día a nuestro lado, si alguna vez mis brazos estrecharían a esa personita que he esperado desde hace mucho y que me convertiría en madre.
Hace más de una semana llegó la cuarta llamada y me dijeron así: "Señora le llamamos del DIF, queremos preguntarle si su esposo y usted aceptan ampliar el rango de edad para que tengan más posibilidades. El consejo se reunirá, ya que hay un niño de 7 y dos hermanitos: uno de 7 y otro de 5, pero a ustedes los tomaríamos en cuenta sólo para el niño de 7 ya que quieren uno sólo".
Le dije a la licenciada que me permitiera un momento y hablé con Pedro rápidamente, ya habíamos comentado antes, muchas veces, la posibilidad de ampliar los rangos de edad y habiamos llegado a la conclusión que sí.
Retomé la llamada con la funcionaria del DIF y le dije que sí, que aceptábamos que el niño tuviera siete años, y no sé por qué, en mi corazón sentí un "algo" que me impulsó a decirle con toda la decisión del mundo: También tómenos en cuenta para los hermanitos.
La licenciada me dijo, "¿los aceptarían, está segura que querrían dos?", le dije "sí, absolutamente". Y es que mi ideal es tener tres hijos. Sé que ya es casi imposible de lograr, pero si se puede dos y además hermanos, qué mejor.
Pedro me dijo que nome hiciera muchas ilusiones porque pasaría lo de otras veces. Le dije que sí, pero en mi corazón yo sentía que algo positivo pasaría.
Y es que se lo he pedido tanto a Dios, le he suplicado que si es su voluntad me dé la dicha de ser mamá.
Hace unas horas me llamaron del DIF para decirme que mañana a las 8:00 tenemos cita con la licenciada encargada de las adopciones. Estaba en cama, enferma de una gripe que me dio fuertisima; y fue como una inyección que hizo que casi todos los malestares desaparecieran.
Le pregunté a la persona que llamó que si la respuesta era positiva y, muy amable, me dijo "mañana se lo dirán".
Pedro sigue "frío" dice que no quiera hacerse ilusiones, pero lo conozco y sé que es la forma de protegerse para no sufrir tanto si nos dan una respuesta negativa.
Pero mi corazón y la lógica me dicen que habrá una respuesta positiva. Estoy tan feliz, que no puedo ocultarlo, se lo conté a dos demis hermanas y no les hizo mucha gracia, me dijeron que si estaba segura, que ya son niños "grandes" que es mucha la responsabilidad que si podré con ella.
A todo es SI, y no me importa que el mundo entero se oponga, porque al final veo que mi ángel puede estar muy, muy cerca de mi.
Y les confieso algo, si es que todavía alguien me lee, me gustaría que fueran los dos niños. Me siento fuerte y capaz de todo por tenerlos. pero si es uno no importa, lo amaré igual, y ya desde ahora mi corazón se expande de amor por él, por mi ángel, mi niño adorado, tan deseado y por tanto tiempo tan esperado.
Mañana les contaré el desenlace, según lo que nos diga la licenciada. Nunca había deseado tanto que las horas "volaran" para que llegue el momento de estar en esa oficina y escuchar lo que nos tengan que decir.
Si es un sí: Mi ángel tu mami y tu papi te esperan con los brazos abiertos. Si es un no... con el dolor de mi corazón me sobrepondré a una decepción más y seguiré luchando por ti, para que algún día estés en casa. Te amo mi niño.